Las islas siempre han tenido un encanto especial. La brisa del mar, el calor de sus playas, el cariño de su gente.
Cuba no escapa a estas características. Rodeadas de mitos e historias increíbles. Llena de ideas distintas y la nostalgia de sus habitantes que tuvieron que partir. Como detenida en el tiempo, para aquellos que el tiempo les urge que pase.

Pero no para los niños. Para ellos la vida tiene los mismo desafíos, colores y encantos que en cualquier otra parte del mundo.
Como si para ellos las líneas no existieran, solo aquellas que se dibujan en el corazón.
Junto con 16 voluntarios y un montón de expectativa, smiles llego a la isla a dibujar en el corazón de cientos de niños, colores de esperanza.
Por el día la escuela bíblica de vacaciones atrajo a más de 200 niños en las iglesias ¿?, donde se mezclaron los juegos, las manualidades y la música con las caritas sorprendidas al ver al payaso Sammy ensenarles que hay un dios que los ama y los cuida.
Soy especial, era el eco de cada uno de los talleres. Sin importar el lugar donde estamos dios siempre tiene una manera de escribir tu historia, concluía la maestra Axara en sus cuentos que cobraban vida en sus ojos que devoraban los libros como dulces de barrios.
Entre papeles, instrumentos improvisados con vasos y habichuelas la profesora Gretel transformaba en música los sentimientos de los chiquillos, y grababa en sus mentes frágiles pero absorbentes cada una de las verdades más preciosas que pudieran escuchar; tengo un plan en esta vida, dios más ha hecho un guerrero de dios y llenara mi vida de fuerza para vencer.
En las noches se desarrolló un programa de evangelismo público. Tres iglesias se vieron revolucionada por la energía y ganas de jóvenes predicadores que impactaron la comunidad con la palabra de Dios, así como con necesidades básica. Mas de 400 canastas familiares con artículos de primera necesidad fueron repartidas a familias que pudieron ver como dios hacer milagro por medio de seres humanos como instrumentos en sus manos.
Por su puesto que los niños regresaban en la noche. Por lo que la semana fue completa para ellos. En las mañanas y en las noches disfrutaron de la programación y gracias a dios bendijo, más de 70 bautismos, una asistencia por noche de 350 personas, fue realmente una fiesta espiritual.
Un orfanato de niños con necesidades especiales, menciona la doctora que nos acompañaba en las corridas. ¿Podemos ir? Es justo la época que celebramos los cumpleaños. Con el biscocho de chocolate, limonada, el payaso Sammy y una sonrisa de oreja a oreja, llegamos … a un lugar no imaginado, olvidado por todos, pero no por los 4 padres voluntarios que trabajan allí, sin presupuesto, pero con todo el favor del cielo.

Las risas se escuchaban desde la otra calle. No era para menos, alguien se acordó que vivo y que ha pasado un ano que estoy en este lugar. ¡¡¡Cumple años felices!!! Termino la canción, la visita, pero no la alegría de ver en la sonrisa de los niños, un atisbo de esperanza.
Fueron 7 días intensos, pero no de trabajo -aunque entre calor, caminadas, corridas y juegos creo que hicimos bastante ejercicio, intenso porque Dios siempre nos sorprende, nos pone en situaciones que no pudiéramos resolver si no fuera por su intervención (alcanzaran los juguetes, tendremos suficiente comida, llegaran los niños con esta lluvia, entenderán lo que les estoy diciendo).
Una vez aprendimos que cuando dios pone en nosotros el que hacer, él se encarga de proveer el cómo, esa es otra historia que quedara en nuestra memoria.
Y nos tuvimos que ir, cada uno para su país, su hogar su ciudad. Pensando. Volviendo a vivir lo que había pasado sentado en el aeropuerto de regreso a casa.
Una sola cosa pude repetir mirando por la ventana viendo mi avión abrir las puertas para que la gente suba: no sé qué seria nuestra vida, sin la oportunidad de dibujar sonrisas.
Pero es algo que no lo puedo contar. Lo tienes que vivir.
Se parte del equipo que dibuja sonrisas en el rostro de nuestros niños.
Smiles. Somos más que sonrisas. Cambiamos vidas.
- Gustavo Squarzon.